Empecé en el baile al poco tiempo de jubilarme, al principio fui a una clase pero como al salir de ella me notaba con una energía, que hacía tiempo que no sentía, me fui apuntando a más clases, voy todos los días de la semana a bailar de dos a cuatro horas cada tarde, me encuentro muchísimo más ágil, hago trabajar la mente y la coordinación de brazos y pies. Estoy feliz y encantada de haber tomado la muy acertada decisión de ir a bailar.
Puedo asegurar que es mucho más agradable y saludable ir a bailar que quedarse en casa sentada delante de la TV
Los profesores son de primer nivel, muy amables y con mucha paciencia con el alumnado.